El etiquetado en las bebidas influye sustancialmente sobre la experiencia de consumo; gracias a las etiquetas de packaging cada líquido se convierte en único e inconfundible.
Son determinantes hasta el punto de que unas bebidas se demandan y consumen más que otras más en función de su diseño, apariencia visual, y ahora más que nunca por lo que nos pueden decir y detallar en la información que proporcionan.
La cuestión es si nos enfrentamos ante un público actual que es capaz de descifrar, entender y diferenciar correctamente la información que contienen estos distintivos de los envases, o si por el contrario le estamos saturando.
Por otro lado, ¿la industria se está apresurando a detallar y proporcionar datos que los consumidores no son capaces de interpretar porque no están lo suficientemente educados e informados?
Como se puede comprobar el tema es bastante amplio y da para mucho, por lo que a través de varias entregas, intentaremos responder a estas preguntas y mucho más. Sigue leyendo…
Las etiquetas de packaging en las bebidas: algo clave para la industria y el consumidor
Las etiquetas de las bebidas son uno de los puntos más importantes y desafiantes del momento.
Tanto para la industria, que convive en un sector muy competitivo y saturado lleno de diferentes opciones y nuevos líquidos, y que al mismo tiempo se enfrenta al desafío de ofrecer mayor transparencia y sostenibilidad en su etiquetado (sobre todo para cumplir con las exigencias legales), como para la población, que cada vez está más preocupada con su salud, que a día de hoy es más exigente y necesita saber con detalle lo que consume en cada momento.
Si bien el objetivo a través de estos distintivos es: alcanzar una “reputación de imagen y marca”, a la par que aumentar el volumen de ventas y facilitar la lista de ingredientes y la información nutricional detallada de los productos, también tienen como cometido formar parte del compromiso actual con el consumidor de la mayoría de las compañías dedicadas a la elaboración y fabricación de bebidas en pro de una comunicación más transparente.
¿Qué información deben contener las etiquetas de bebidas?
Concretamente, dentro del marco de la Unión Europea, el Reglamento 1169/2011 sobre información alimentaria facilitada al consumidor (en vigor desde diciembre de 2014) es el encargado de facilitar y detallar la información mínima obligatoria en forma y modo que se le debe proporcionar.
El propósito es que el consumidor sepa y pueda informarse sobre los valores energéticos, la cantidad de grasas, hidratos, azúcares, proteínas o sal que contienen las bebidas.
- El valor energético debe expresarse en kilojulios y en segundo lugar en kilocalorías, y los nutrientes en gramos o mililitros.
Las vitaminas se pueden indicar siempre que se hable de medidas significativas.
Pero la cuestión es qué se entiende por “significativa”; en el caso de las bebidas objetivamente es el 7,5% de los valores de referencia de nutrientes para adultos suministrados por cada 100 mililitros.
- La información se debe exponer unificada en la etiqueta.
- Algunas bebidas quedan fuera de aplicar el reglamento europeo y no están obligadas a facilitar la información nutricional: son aquellas bebidas de un solo ingrediente (aguas y tés), y las bebidas alcohólicas con más de 1,2 grados.
En este último caso el Reglamento reitera que cada país debe decidir la información que va a proporcionar.
Esta parte genera debate porque hay bebidas que se pasan de esta graduación y que contienen varios ingredientes (en muchos casos no demasiado saludables) y que al mismo tiempo quedan fuera de la norma, es decir, no tienen la obligación de indicar lo que contienen.
- En todo caso en las bebidas alcohólicas de más de 1,2 grados, las etiquetas deben incluir:
– la denominación de la bebida.
– los ingredientes que puedan producir posibles alergias o reacciones adversas.
– la cantidad neta.
– fecha de caducidad (no exigible ni a vinos ni a bebidas de más de 10 grados)
– Nombre o razón social del comercializador.
– Grado alcohólico.
Si bien en este último caso no están obligadas a incluir la información nutricional, existen por otro lado cada vez más sectores de fabricantes de bebidas involucrados.
Es el caso del sector cervecero europeo (entre el que está incluido España), que pactó un compromiso de transparencia desde 2015, de facilitar la lista de ingredientes, así como la información nutricional.
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