¿Qué envase es mejor, la lata o la botella? Hace tiempo que comenzó el interminable debate y a día de hoy continuamos sin tener un veredicto definitivo. En el siguiente post despejamos todo acerca del envasado para cervezas y bebidas craft.
Desde Brew&Hub creemos que cada formato viene de serie con sus pros y sus contras. En cualquier caso, lo más recomendable es utilizar en cada caso el que nos vaya a permitir unos resultados óptimos y exitosos.
Sin contar con el grifo, que parece que no da lugar a ningún tipo de controversia ya que permite un consumo reciente en cuanto a temperatura y servicio, está la “eterna lucha” entre los defensores de la lata y los acérrimos a la botella. Evidentemente estos dos formatos parece ser que hasta el momento son los más idóneos para poder disfrutar de cualquier bebida craft fuera de los bares y los establecimientos.
Botella VS lata
El embotellado
Una de las razones principales por las que los expertos cerveceros prefieren la botella, es porque en primer lugar permite un control exhaustivo sobre el producto final controlando así los niveles de carbonatación de la cerveza. Algunos cerveceros prefieren optar por la fermentación secundaria, con la carbonatación y esa fina capa de sedimento de la levadura en el fondo de la botella. En otros casos, en cambio, son partidarios de que la carbonatación se genere en los tanques, para posteriormente embotellar.
Otra de las fases del embotellado tiene que ver con el tapón corona y su nivel de estanqueidad. Una botella bien sellada además de conservar el líquido en perfecto estado libre de oxígeno, permanece intacta y lista para beber durante mucho tiempo.
Las botellas además, siendo generalmente de vidrio verde o marrón, frenan el paso de la luz para evitar posibles oxidaciones, pero aunque el marrón es más opaco no lo hacen de forma absoluta. Normalmente un perfecto etiquetado y empaquetado son los que completan esta función, evitando así posibles alteraciones por los rayos.
La lata
La lata ofrece básicamente la misma protección que el barril, pero en formato individual. En realidad presenta una cobertura interior por la que la cerveza o cualquier bebida no entra en contacto directo con el metal; circunstancia por la que se elimina y desmitifica cualquier percepción de sabor metálico.
Además el hermetismo de la lata de aluminio evita de forma absoluta que la luz atraviese el líquido interior.
El primer punto de inflexión: el sabor
El sabor puede ser uno de los motivos por los que surge este debate en torno a las preferencias del envase. Desde el auge y el despegue comercial de un consumo generalizado de las bebidas en lata hacia los años 80, salieron los eternos defensores del cristal con el argumento y la creencia que en la lata el sabor de la cerveza o de cualquier otro líquido se alteraba.
Pero sin embargo esta afirmación se desmonta por completo cuando se analizan los tests de consumo, porque la realidad constata que los consumidores no son capaces de percibir y distinguir el producto en lata del embotellado, ya que la lata no aporta sabor metálico.
Diferencias reales entre latas y botellas de cristal
1. La comodidad y nivel de peligrosidad
¿Qué es más cómoda la lata o la botella? Sin duda alguna, comparando un pack de 12 latas con uno de 12 botellas de cristal, las segundas son más pesadas con diferencia, y sobre todo peligrosas, porque se pueden caer y al ser de vidrio romperse.
Además, la portabilidad de las latas es más fácil. Al ser más compactos los packs, se pueden transportar y almacenar de forma más sencilla.
2. ¿Qué formato es más sostenible?
Teniendo en cuenta los dos formatos, tanto el vidrio como el aluminio de las latas son reciclables. Los materiales del cristal (el sílice, carbonato de sodio, vidrio de desecho y la piedra caliza) son reutilizables y se pueden emplear para otros fines.
3. Apertura del envase
La facilidad de apertura del envase es otra de las claves determinantes para valorar el consumo de una bebida en un formato u otro. Pues además del momento, depende de la experiencia. El sonido de la chapa cuando se abre una cerveza en botella es todo un espectáculo para el consumidor, al igual que el de la lata. En cuanto al tiempo, es prácticamente el mismo. Pero si se habla de comodidad pura y dura, hay que reconocer que la lata es más todo terreno y no necesita abrebotellas.
El formato en lata marca tendencia entre las bebidas craft
Aunque el formato en botella gusta mucho y tiene que ver casi más con la nostalgia de disfrutar de una buena cerveza o de nuestras bebidas craft en cristal, el consumo en lata de las cervezas craft se ha incrementado en los últimos tiempos. Especialmente con la pandemia mundial. Cuando todo se detuvo, los cerveceros tuvieron que dar salida a sus productos de forma que aun sin bares y establecimientos abiertos, pudiera llegar hasta el consumidor final.
Aunque la lata tiene mucho tiempo, para las bebidas craft es algo más innovador. Resulta más cómoda de transportar y otro de los aspectos importantes es que reduce los costes de envío. Algunas compañías pioneras como la canadiense Cask Global Canning Solutions y Oscar Blues Brewery se lanzaron hace tiempo.
La demanda de líquidos artesanales en lata está creciendo. Es el caso los ready to drink, la kombucha, el cold brew coffee o las ciders; y la fabricación del sector se ha puesto manos a la obra con grandes inversiones en equipos para satisfacer las necesidades del mercado actual.
Sin dejar de mencionar otro de los aspectos más importantes ahora como la personalización y el nivel de creatividad en el envasado. La lata ofrece un lienzo mucho más amplio para personalizar su diseño, ya sea con etiqueta o con lata serigrafiada.
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