Se habla mucho del producto, pero ¿y del consumidor? El siguiente post lo dedicamos a quienes forman parte de la demanda y que resultan imprescindibles para que el mercado fluya.
¿Cómo es el consumidor cervecero? ¿Cómo disfruta de la cerveza? ¿Qué hábitos han cambiado sustancialmente tras la pandemia? De estas y otras tendencias que nos dibujan el perfil actual del bebedor de cerveza hablamos en el siguiente artículo.
El consumidor de cerveza: sociable, extrovertido y sostenible
Así lo afirma uno de los últimos estudios elaborado por 40dB para Cerveceros de España, que se realizó durante el confinamiento a 8.500 personas de edades comprendidas entre los 18 y 65 años.
Tras permanecer encerrados durante varios meses en sus casas, lo que más ansiaban estos consumidores, era salir y disfrutar de una cerveza en compañía en una terraza.
España es un país que se considera objetivamente “Cervecero”; de hecho uno de cada ocho adultos en España, reconoce consumir cerveza.
La encuesta afirma del mismo modo que el consumidor medio de cerveza es sociable, extrovertido, está comprometido con el medioambiente y lleva una vida social activa.
La cerveza es un producto “social” por naturaleza. De hecho los cerveceros asocian los momentos más especiales, de desconexión y de tiempo libre en compañía de familiares, amigos, y por supuesto con una cerveza.
El informe también revela que los consumidores de cerveza son personas preocupadas por la salud y su aspecto físico, además de estar concienciados y preocupados por aspectos como la sostenibilidad.
Concretamente el 60% afirma que el cambio climático es uno de los principales problemas actuales; reciclan hasta un 75%, y el 65% cree que las grandes empresas deben contemplar políticas de RSC.
¿Cómo se consume la cerveza?
Aunque de sobra se sabe que la COVID-19 frenó y cambió los hábitos de consumo radicalmente, a nivel nacional existen una serie de condicionantes que posicionan el consumo de la cerveza en España bajo un prisma generalizado de que la tendencia mayoritaria es disfrutar de ella fuera de casa.
Existen una serie de factores culturales y de consumo mediterráneo muy arraigados que incitan a un nuevo empujón de esta bebida al alza.
En España la mayoría de las veces se consume cerveza con comida.
El tándem tapa-cerveza o su disfrute a la hora del almuerzo, como aperitivo o en cenas, mejor en compañía o en momentos de desconexión, es uno de los imprescindibles de nuestro país.
A estos datos tan positivos ayuda en parte la irrupción y el éxito de las Sin Alcohol.
España, el país de las «Sin»
España es el primer país productor y consumidor de la Unión Europea de cerveza sin alcohol gracias a la apuesta e innovación de las principales cerveceras.
La primera que se creó a nivel nacional fue de la marca Ámbar en 1976, y de los grupos grandes, Mahou San Miguel es quien sigue apostando por este tipo de cervezas, debido a su importante volumen de ventas.
El pequeño aporte que llevan de alcohol, además de ayudar a redondear la cerveza y además es una única opción para ese grupo a quienes les gusta la cerveza y ven limitado el consumo de alcohol por posibles peligros como por ejemplo la conducción, o bien prefieren disfrutar de las bebidas libres de alcohol por ser más saludable.
Más allá está la nueva oleada de las cervezas 00 sin nada de alcohol o aquellas que tienen sabores diferenciados como las radler o la Mahou 00 Tostada, cuyo éxito rotundo ha superado todas las expectativas de mercado.
Un cambio de hábitos post-pandemia: “hogar dulce hogar”
La inevitable necesidad de quedarse en casa provocó un giro inesperado en el consumo, con un aumento de los actos de compra de cerveza dentro de los hogares, que es donde ha podido consumirse principalmente.
Haciendo balance de la situación del sector, el Congreso de Cerveceros de España ha dejado constancia de que la cerveza es una bebida que principalmente –el 65%– se consume en hostelería.
Concretamente la caída radical de ventas en un 42%, es el dato que pone de manifiesto que el sector cervecero se vio fuertemente golpeado durante todos los meses peores de la pandemia.
Sin embargo y a pesar de las dificultades, empieza a recuperarse poco a poco, y a saborear resultados de los viejos tiempos, incluso planteando y ampliando nuevas alternativas de consumo, como las zonas exteriores y las terrazas, si es que antes de la pandemia no las tenían incluidas, y las adaptaron en sus establecimientos y locales para poder continuar sirviendo a los clientes.
La vuelta escalonada del turismo y la movilidad, con la consiguiente reapertura de la hostelería en su totalidad, estiman datos bastante más halagüeños que en los últimos tiempos con una esperanzadora recuperación paulatina.
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