El interminable listado de nuevas y atractivas propuestas hace necesario marcar y establecer cuáles son las diferencias, que clasifican a algunas bebidas muy similares, pero en segmentos distintos.
Los burbujeantes y chispeantes destellos, así como el sinfín de colores y sabores pueden confundirlas a simple vista, pero una cosa está clara, las sodas y los hard seltzers no son iguales.
En cuanto a los seltzers “duros”, es especialmente la industria cervecera la que lleva tiempo dedicando parte de sus producciones. Aparecieron de forma rompedora en Estados Unidos como la posible alternativa a la cerveza, con ese toque “premium” y un punto de alcohol, y ahora y de forma más reciente se van imponiendo sobre todo entre los consumidores más jóvenes.
Se vende como una bebida con menos calorías, gluten free, y con una estrategia de marketing bastante acertada que cada vez está acaparando más adeptos.
Por otro lado, las sodas, a pesar de su lucha insaciable por quitarse esa etiqueta de poco saludables y extra azucaradas, llevan años, diríamos hasta más de un siglo y medio consumiéndose.
En ese propósito de lograr consolidarse como bebidas healthy, no han dejado de aparecer nuevas variantes más naturales, libres de aditivos e ingredientes artificiales, con multitud de sabores a frutas y a otros ingredientes refrescantes.
Sin embargo, todo este aluvión de refrescos, tanto los hard seltzers como las sodas, tienen sus matices, porque, aunque a simple vista generan cierta ambigüedad, en su esencia no tienen nada que ver.
Existen diferencias sustanciales cuyas etiquetas son distintas y los colocan en diferentes segmentos, y aunque en algún que otro post ya hemos hablado de ambas categorías, lo mejor será ver con detalle las características que distinguen a cada una de ellas.
Sodas y hard seltzers, claramente ¡No son lo mismo!
Evidentemente, y aunque ambas son bebidas refrescantes, cada una de ellas tiene una línea muy definida.
Está claro que la introducción en el mercado del hard seltzer ha sido bajo el slogan de bebida carbonatada baja o con apenas alcohol muy refrescante (en torno a los 4,5 % de alcohol con gran variedad de sabores y envases muy cómodos, generalmente en lata ready to drink (RTD), y de forma menos frecuente en la clásica botella de cristal.
Digamos que las hard seltzers, también conocidos como sodas duras, desde un inicio parecían una moda pasajera, pero ahora todo está más claro, han llegado para quedarse.
Otras diferencias entre una soda de un hard seltzer
1. Antigüedad
En primer lugar, podemos hablar del tiempo de creación. Las sodas nacieron a finales del S. XIX, y los hard seltzers apenas tienen una década. Fue en 2013, cuando una cervecera estadounidense empezó a elaborarlos.
Desde ese preciso momento son tendencia en Estados Unidos, y su expansión ya es una realidad en otras zonas como Europa y Latinoamérica.
2. El mundo de las sodas es infinitamente más diverso
Su casi más de siglo y medio en el mercado, hace que las sodas hayan proliferado de forma exponencial.
Desde su inicio, donde nacieron las gaseosas, hasta con la infinidad de sabores que han ido apareciendo (sodas de sabores con más azúcares añadidos, sodas saborizadas, sparkling water o aguas de sabores, las healthy sodas) y un sinfín de sugerencias y fórmulas refrescantes, con similares procesos de fabricación donde cambian los ingredientes (artificiales o naturales) o algún que otro proceso durante la presurización.
3. Los hard seltzers contienen alcohol
A diferencia de las sodas, que no contienen alcohol, el ABV de los hard seltzers suele estar en torno a los 4,5% arriba o abajo. Generalmente contienen alcohol, azúcar de caña, saborizantes naturales, ácido cítrico y además el agua con gas que les otorga esa apariencia cuyo sabor calma la sed con sabores afrutados y sensaciones exóticas.