Más allá del vidrio, aparecen en escena nuevos formatos el vino y los espirituosos. La cuestión es si los seguidores de estas bebidas, generalmente bastante reacios al cambio y de talante tradicional, están dispuestos a sustituir la botella de cristal, por nuevas alternativas totalmente distintas y rompedoras.
El formato estrella de los vinos (incluidos los espumosos, el champagne o el cava) y también de las bebidas espirituosas en general, es prácticamente el mismo desde siempre. Tenemos asumido que el cristal es la mejor opción para conservar sus aromas y la autenticidad de su sabor y cualidades. Sin embargo, las formas de consumo están cambiando, y poco a poco, aunque sea de forma sutil, se van imponiendo otros envases y novedades.
Las corrientes sostenibles y una mayor concienciación y responsabilidad medioambiental están abriendo la puerta a todo un mundo de nuevas alternativas y formatos. Las nuevas generaciones ya no son tan exigentes, tienen otra mentalidad, por ello y con tal de cuidar el planeta, están dispuestos a disfrutar de estas bebidas en nuevos envases como el cartón, o hasta las copas y combinados en lata.
A pesar de ser reciclable, el vidrio no deja de ser un material pesado, más complicado y delicado de transportar. Es verdad que desde hace un tiempo ya se está generando una oleada en torno a las nuevas alternativas fuera de la botella de cristal. Pero aún de forma muy sigilosa porque, aunque estas nuevas alternativas están en el mercado y disponibles para su consumo desde hace tiempo, todavía no han terminado de despegar y expandirse de forma generalizada.
¿Qué envases prefieren los millennials y la generación Z para los espirituosos?
Los millennials y la Gen Z son las generaciones que más han contribuido a esta revolución de cambios en el sector del envasado y de nuevos formatos para las bebidas espirituosas. Sus valores, preferencias y forma de consumo son muy distintas a las de las generaciones anteriores.
Ahora les gusta más disfrutar en la calle y exprimir los momentos únicos al máximo, son generalmente más ahorradores, y sus valores también han cambiado. Están mucho más concienciados y preocupados por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Además, frente al producto en sí, muchas veces gana terreno el diseño del packaging, el envase y todo el marketing que gira en torno a una bebida.
Les gustan mucho los envases RTD, versátiles, de consumo fácil “on the go”, más bien pequeños, y si su vida útil es prolongada en el tiempo y se pueden reutilizar, mejor que mejor.
Son los auténticos embajadores e influencers de una marca porque comparten en redes sociales todo lo que les gusta, y la industria ya es consciente de ello. El envase y el formato de cada líquido importa y mucho.
Los nuevos envases para vinos y espirituosos
Una de las grandes preocupaciones de los fabricantes es dar continuidad a ese espíritu premium, que logran las bebidas espirituosas y los vinos más selectos a través del packaging, pero sin duda el concepto en sí de premiumización ya es algo mucho más subjetivo y personal.
Las tendencias convenience son las que verdaderamente están encaminando al sector a nuevas alternativas. Las botellas de vino de plástico ya son una realidad. Desde hace tiempo varias bodegas tienen su prototipo y algunas cosechas las han embotellado con nuevos materiales, con envases PLA bioplásticos, mucho más ligeras (50 g. aproximadamente), totalmente reciclables y con un menor impacto ambiental durante su fabricación.
La iniciativa de las botellas de papel para bebidas “con” tampoco es algo nuevo. Algunas marcas muy conocidas de espirituosos ya cuentan con su prototipo de cartón. Botellas biológicas mayoritariamente elaboradas a base de papel pero que cuentan con un porcentaje menor para su cobertura de plástico.
En definitiva, una gran variedad de alternativas y materiales reciclables y ligeros que poco a poco se van imponiendo en los bares y establecimientos, y que ya empiezan a ser el presente de los envases para este segmento de bebidas más selecto.
