El Cold brew coffee es una bebida, o más bien una forma distinta de consumir café diferente y más apetecible en verano.
Pero ¿se sabe exactamente cuál es su potencial en la industria del sector?
Sin lugar a dudas se trata de una nueva tendencia actual que ocupa un lugar importante entre las preferencias de consumo. Además de reforzar la industria del café, afianza el sector de las bebidas craft como una propuesta con perspectiva y de crecimiento dinámico.
Antes de nada… ¿Qué es el Cold brew coffee?
Como su propio nombre indica, el Cold (Frío) brew (Proceso) coffee (Café) es un tipo de bebida a base de café frío, donde su proceso en ningún momento sufre una variación de temperatura.
No se debe concebir como el clásico café caliente que a través de un proceso rápido a base de hielo (por ejemplo), se enfría de golpe. Se tiene que entender como una bebida que desde un inicio hasta el final de su propio desarrollo siempre se elabora en frío.
En la fabricación se infusiona el café molido a una temperatura ambiente durante un periodo de tiempo prolongado, cuyo resultado merece la pena esperar. Es mucho más dulce y menos ácido que el café caliente. Resulta ligero, tiene un sabor y aromas sorprendentes, está lleno de matices, concebido para paladares exigentes, y se presenta como una alternativa healthy muy refrescante.
Su difusión ha cobrado gran auge en los últimos años. Especialmente con el boom de las cadenas de cafeterías y franquicias especializadas en café, que lo ofrecen como uno de sus habituales dentro de la experiencia de consumo.
El éxito también lo está logrando a través de las plataformas online; las redes sociales y los blogs incluyen el cold brew coffee como una de las opciones más saludables del momento. Por ello la demanda se ha disparado especialmente entre los millennials.
Cold brew coffee, del sector de la alimentación al mercado artesanal
El mercado del café frío atraviesa un momento muy dulce. La consultora Gran View Research publicó un análisis de su mercado mundial en cifras, valorándolo a nivel global en 339,7 USD en el año 2018, y planteando una perspectiva de crecimiento anual de aproximadamente un 25% entre 2019 y 2025. Una cifra lo suficientemente interesante como para poner en el radar de los productores.
Si en un principio el Cold brew coffee se categorizó como una bebida exclusiva del sector alimentario, ahora su perspectiva ha abierto nuevas oportunidades craft englobándose dentro de la categoría de los productos premium.
También le ha venido muy bien formar parte de las bebidas RTD (Ready to Drink), impulsando su crecimiento a través de otros canales de distribución como las tiendas de conveniencia, los supermercados o el servicio online, entre otros.
Su expansión por otras zonas está empezando a traspasar la frontera de Norte América.
Por tanto, el mercado ya ha abierto la puerta definitivamente al Cold brew como una oportunidad muy prometedora. Se trata de un producto que se está haciendo un hueco en las bebidas de barril, junto a otros como la kombucha, por ejemplo.
De su receta más conocida están surgiendo variaciones sorprendentes como el Nitro Cold Brew Coffee, que se gasifica con nitrógeno y se almacena en unos barriles para su posterior servicio directo en grifo, cuya apariencia es una bebida con burbujas espumosa similar a la clásica pinta de cerveza.
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