Los malteros independientes de lotes pequeños se están uniendo en una marea creciente para traer corazón, diversidad, relocalización y pasión al mercado.
El craft malting se ha convertido en todo un movimiento de base para la industria maltera actual.
Veamos a través del siguiente post en qué consiste, cómo surgió, y sobre todo cómo está revolucionando el mercado de la malta.
¿Qué es el craft malting?
El craft malting, también conocido como malteado artesanal o micro-malteado, es la práctica agrícola que consiste en producir cebada malteada en pequeñas cantidades, destinadas a la producción de cerveza artesanal.
Los primeros productores de esta corriente surgieron en Estados Unidos.
En 2014 Skagit Valley Company en Burlintong (Washington) fue una de las pioneras en apostar por el cultivo de maltas craft, y proveedores como Valley Malt abrieron camino a otros productores independientes.
Sus dueños actualmente son cofundadores de Craft Maltsters Guild, la asociación de malteros artesanales fundada en 2013, que actualmente cuenta con unos 30 productores repartidos por EE.UU y Canadá, donde se incluyen algunas cervecerías.
Dicha organización se encarga de promover y asegurar los estándares de calidad y seguridad de los malteros artesanales.
Los requisitos para formar parte del gremio se basan en que la producción sea:
- Pequeña, de entre 5 (el equivalente a 5,5 toneladas estadounidenses) y 10.000 toneladas métricas por año.
- Local, donde más del 50% del grano de malta craft sea de origen local (entre los que se incluyen la cebada, el trigo, el centeno, mijo, avena, maíz y triticale) cultivándose en un radio de 500 millas de la maltería matriz.
- Independiente. Es decir, aproximadamente sólo el 25% de la maltería artesanal puede pertenecer o estar controlada por un miembro de gran producción que no sea craft.
También intercambian distintas prácticas y conocimiento con otros colectivos como la Brewers Association, Master Brewers Association of the Americas o la American Malting Barley Association.
Distinción y calidad, la clave del éxito del craft malting
El auge y la revolución de la cerveza artesanal en las últimas décadas ha ocasionado que multitud de productores cada vez estén más interesados en el cultivo de pequeñas cantidades de malta, que al mismo tiempo sean de suma calidad y con una selección de ingredientes que permitan obtener resultados personalizados, únicos y sorprendentes, llevados a cabo con mimo.
En realidad el craft malting no es algo nuevo.
Durante los S.XVIII y XIX la producción y el cultivo de malta ya formaba parte, e incluso estaba integrado en las cervecerías y junto a las pequeñas fábricas.
Sin embargo, la intervención de las grandes multinacionales por abaratar su coste acaparó el mercado de tal forma, que las productoras locales de malta fueron desapareciendo.
Una fuerte apuesta y tendencia por el segmento craft en los últimos años ha consolidado una vuelta a las producciones pequeñas; cuidadas y con suelos con unas determinadas características que son capaces de dar granos extraordinarios.
Si los fabricantes ya se dieron cuenta que la elección del lúpulo es determinante para procurar sabores únicos, generar identidad de marca y transmitir valor añadido, en este momento son muy conscientes de lo determinante que es la elección de la malta.
Según Distiller, la producción ahora se centra especialmente en los sabores únicos que puede transmitir la malta en sus elaboraciones (a pan, chocolate, matices a toffee, café, frutos secos, etc.), y cómo van a influir en función de una buena elección.
Apostar por maltas craft para la fabricación
Antes de adentrarnos en el apasionante mundo del craft malting, es importante lanzar una serie de condicionantes y preguntas como,
- La cantidad de malta que contiene la cerveza que se va a producir.
- Si vamos a ser proveedores o estamos encaminados a la fabricación final.
- Qué porcentaje de elaboración de malta es propio frente a la adquisición a terceros.
- Cuánto se va a invertir en operaciones del coste inicial. El malteado artesanal requiere un proceso manual durante la germinación de entre 8 y 12 horas que provoca una serie de gastos, frente al automatizado que lo hace solo.
- Se debe incluir la importancia de maltas craft y lo determinantes que son dentro del plan de negocio.
- Por último, también hay que tener en cuenta que los procesos han de ser más cuidados y sostenibles de cara a la producción.
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